¡¡¡ La relajación está en el Paraiso !!!!

¡¡¡ La relajación está en el Paraiso !!!!

Ibin Al Jauzi
Añadido al red por Mustafa George
Traducido del inglés al español por Abu Uthman Hernán Al Ekuadoree
Revisado por Umm Uthman Wendy Al Buerto Rikiyyah
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Ibin Al Jauzi dijo:

“Quienquiera que no lea las historias de los Salaf1 y del sendero que ellos caminaron,

nunca podrá caminar ese sendero. Es apropiado que uno conozca y entienda que la

naturaleza del individuo (su carácter) es ser ladrón. Si una persona coincide su carácter

con el carácter de la gente de su tiempo, su carácter tomara de ellos y será similar a

ellos. Pero si lee las vidas de los Salaf su carácter se reuniera con el carácter de ellos y

el aprenderá del carácter de ellos…” (Telbis Iblis2)

Lo siguiente son algunos ejemplos sobre los eruditos del pasado y del presente que
informan de su amor por el conocimiento y su preferencia de ello sobre la relajación.
Primero,

Fue reportado por Ibin al Qayyim en su libro: “Rawdatul Muhibin”, Yo fui informado
por mi Sheij (ibn Taymiyah), él dijo: Cuando yo me enferme el doctor me dijo:
Ciertamente tus investigaciones y conferencias islámicas aumentan tu enfermedad. Yo
(ibn Taymiyah) le conteste: ¡Yo no puedo parar, y quisiera discutir contigo acerca de tu
conocimiento! ¿Si una persona es feliz y alegre esto no fortalece su alma y espíritu, y
consecuentemente lo guarda de enfermedad? El doctor respondió: Claro que si.
Entonces yo (ibn Taymiyah) dije: Ciertamente mi espíritu esta complacido con el
conocimiento y fortalece mi carácter y el resultado es que yo encuentro relajación. El
doctor respondió: Esto es algo que no se aplica a nuestro conocimiento.

Segundo,

El Sheij Muhammad ibin Hadi le narró a algunos de sus invitados que Ahmed Al
Hakimi, el hermano de Sheik Hafiz Al Hakimi, le había contado una historia:

Un año cuando el Sheij Hafiz Al Hakimi estaba en Hayy (el peregrinaje obligatorio) o durante el Ramadan en Makkah, él estaba buscando el libro titulado: “La creación de las acciones del siervo” por el Imán Al Bujari. Cuando estaba en Makkah se le informó que alguien había llegado de la India con una copia del libro y la había donado a la biblioteca del Haram (el Kaba3). Sheij Hafiz visitó la biblioteca y pidió prestado el libro con la condición de que él no saldría del Haram y que el entregaría el libro el día siguiente después de la amanecer. Él tomó el libro y pidió que alguien le trajera papel y un lápiz. Se sentó a copiar el libro hasta tener su propia copia. Después continuó memorizándose el libro hasta el Fayr (la oración del alba). Después del Fayr descansó por un periodo breve y después se despertó. Al despertar, él le entrego el libro original a la biblioteca y dijo: Aquí esta su original, y aquí esta un copia adicional
(la copia que el mismo escribió) y el libro está en mi memoria.

Que Allah le de a Sheij Hafiz Al Hakimi comodidad en su tumba y le resucite junto a los virtuosos. Amin.

Lo siguiente fue mencionado por el Sheij Ahmed An-Najmi:

"Nosotros (de jóvenes) fuimos dirigidos por nuestro maestro, Sheij Abdullah Al

Qarawi, para memorizar el Corán en preparación para el mes de Ramadan.

Memorizábamos durante el día, y cerca del final del día nos reuníamos para probarnos el uno al otro en la memorización. Yo (Ahmed An-Najmi) memorizaba un hizb4 por día. ¡Sorprendentemente, Hafiz Al Hakimi se memorizaba un Yuz5 entero! ¡Continuamos por un mes completo y cada día Hafiz se memorizaba un Yuz entero terminando la memorización completa del Corán un mes!"

Tercero,

Fue reportado por el Sheij Abdul Karim Al Kudair:

"Me informó una de las viudas de Sheij Abdul Aziz bin Baz que un día cuando regresó del hospital a su casa, lo noto muy cansado y agotado. Cuando se durmió, ella cambio la alarma de su reloj para que se despertara una hora más tarde para la oración de la noche. El Sheij se despertó a la hora normal sin la alarma y preguntó por qué el reloj no había funcionado. Su esposa le informó había cambiado el tiempo para que él descansara. Él la regañó y le dijo: ¡La relajación está en el Paraíso!"

(Tomado de una lectura titulada: “Radiantes paginas sobre los ejemplos de adoración
de los eruditos)